Una guía reflexiva para darles vida real a tus personajes.
Hoy, en esta nueva entrada, vengo con un tema interesante para aquellos que tenemos alma de escritor: hablaremos sobre cómo crear esos personajes que tanto nos gustan, aquellos que son memorables.
Podemos decir que los personajes son un elemento fundamental dentro de la narrativa; sin ellos, no funciona lo uno ni lo otro, ya sea una historia escrita o visual. Un buen personaje debe conectar con el público, lograr que te identifiques con él, que lo ames y lo odies al mismo tiempo. Es quien le da sentido a toda historia, pero construir un personaje desde cero no es tan fácil como lo que acabas de leer.
Sin embargo, todos los que amamos las letras y hemos iniciado el camino del escritor, nos hemos equivocado creando personajes planos; es decir, personajes sin profundidad e incluso sin sentido.
Cuando comencé a escribir, allá por el 2009, solo lo hacía porque tenía más tiempo del que hubiera querido y porque amaba crear universos y personajes conectados a sus emociones. Cuando leía, sentía que compartía sus mismos dolores y alegrías.
Con el tiempo, entre estudios y trabajo, tuve la oportunidad de tomar algunos talleres de escritura. Aprendí muchísimo, y todo lo que te cuento aquí es, en parte, lo que he aprendido desde mi experiencia, como también lo que he investigado por cuenta propia durante años.
Es por eso que hoy te compartiré algunos puntos que debes considerar, no a modo de instrucciones, sino más bien como una guía que debemos conocer para tener claridad.

Tipos de personajes según distintos enfoques:
Según su rol en la historia (protagonismo)
- Protagonista: Es el centro de la historia. Su deseo, conflicto y transformación le dan estructura al relato.
- Antagonista: Personaje que se opone al protagonista y a sus deseos. No necesariamente es “el villano”, pero sí representa el obstáculo principal.
- Personaje secundario: Acompaña y enriquece la trama del protagonista o del antagonista. Puede tener subtramas propias, pero no conforma el eje principal.
- Incidental o funcional: Aparece en momentos puntuales. Cumple un propósito narrativo menor, pero su aparición puede ser importante para el desarrollo de la trama.
- Extra: No tiene peso narrativo, pero aporta realismo al entorno.
Según su transformación interna
- Personaje dinámico: Cambia a lo largo de la historia. Vive una transformación emocional, ética o psicológica.
- Personaje estático: Permanece sin cambios. Puede representar una idea firme, una constante o una fuerza inspiradora, pero no evoluciona.
Según la imagen que proyectan
- Estereotipo: Personaje simple. No aporta profundidad ni sorpresa, y suele caer en clichés.
- Arquetipo: Modelo universal y reconocible (héroe, mentor, rebelde, huérfano, etc.). Sirve como estructura narrativa, pero puede ser complejo.
Según su caracterización
- Personaje plano: Tiene pocos rasgos y es predecible. Funciona bien en historias simples o como rol secundario.
- Personaje redondo: Es complejo, contradictorio y emocionalmente creíble. Evoluciona o revela múltiples facetas.
Un arquetipo puede ser la base de un gran personaje si se convierte en redondo y profundo.
Cada personaje dependerá del tipo de historia y del papel que cumple ¿Qué personaje será el tuyo?

Ahora que conocemos más sobre los tipos de personajes, te dejo algunas etapas y preguntas conocidas que deberás realizarte para construirlos. Esto les dará profundidad y los hará pasar de ser un envase a alguien con vida propia:
Rol en la trama
¿Qué función cumple en la historia?
¿Es protagonista, antagonista, secundario, incidental…?
Te recomiendo que antes de sentarte a escribir, sepas qué papel va a desempeñar. Esto te dará más claridad y dirección.
Motivación
¿Cuál es su motivación? ¿Qué desea profundamente?
¿Dejaría todo de lado por eso que lo mueve?
Puede ser un deseo concreto o una necesidad emocional profunda.
Conflicto interno
¿Cuáles son sus miedos, traumas, contradicciones o debilidades? ¿Qué lo detiene?
Este será su conflicto interno: una lucha emocional, moral o psicológica que lo hará más humano y le dará profundidad.
Historia personal
¿Cuál es su pasado, su entorno familiar, dónde creció? ¿Qué eventos lo marcaron? ¿Tuvo pérdidas, decisiones clave?
A mí me ha servido crear primero su historia personal como una línea de tiempo y delimitar en qué edad del personaje aparecerá en la historia, de principio a fin. Todo esto hará que muestre su personalidad y carácter.
Recuerdo que cuando escribí a uno de mis personajes, una chica, ella estaba sufriendo porque había muchas muertes de las cuales se sentía responsable, pero yo no lograba hacer que avanzara en la historia. La trama estaba estancada y, por más que tenía la idea principal, no lograba hacer que funcionara.
Hasta el día de hoy no he terminado esa historia, pero me di cuenta de que sí tenía una motivación, un deseo, pero no una historia que me hablara sobre ella. Solo estaba construida desde su presente. Eso me limitaba a seguir, porque no la conocía y no sabía por qué había llegado a ese punto, ni cuáles podrían ser sus siguientes decisiones.
No estoy segura de cuándo volveré a retomar esa historia, pero es bueno darle un respiro y ver desde afuera qué sucede para continuar.
Personalidad
¿Cómo piensa, siente y reacciona? ¿Cómo habla? ¿Tiene muletillas o un lenguaje particular? ¿Cómo se mueve, qué posturas o expresiones lo caracterizan?
¿Es emocional, introvertido, extrovertido, mentiroso, amoroso…?
Toma en cuenta que las decisiones que tome hablarán más de su personalidad que cualquier descripción. Eso definirá cómo se relaciona con el mundo.
Apariencia física
¿Qué rasgos tiene? ¿Cómo se viste? ¿Qué comunica su aspecto?
Cada detalle habla sobre su identidad y su historia. Lo mejor es que no se escape ningún detalle: desde un accesorio, un collar, un color o incluso el perfume que use con regularidad.
Arco de transformación
Es la evolución que vivirá a lo largo de la historia: su viaje emocional o psicológico.
Lo llevará de un punto A a un punto B y lo hará cambiar, ya sea de forma positiva, negativa o neutra (plana).
En mi experiencia, cuando hago esto, intento escribir su evolución aparte, como un extracto, y lo tengo cerca mío para tenerlo presente en todo momento, ya que la evolución debe ser progresiva y lenta, y cada vez debe dejarte vislumbrar algo, pero no con total seguridad, para mantener ese misticismo.

Una de las cosas que también debes pensar es si tu personaje oculta cosas de sí mismo.
Lo que calla un personaje es tan importante como lo que dice.
Es bueno profundizar en qué parte de sí mismo esconde y por qué lo hace.
¿Qué es lo que no quiere admitir? ¿Qué piensa cuando intenta no ser descubierto?
Eso forma su diálogo interno.
Puede estar en una cena familiar muy alegre mientras su voz interna esconde cómo se siente realmente o evita ser descubierto por un asesinato.
Esto generará tensión interna, nerviosismo, contradicción.
Puede estar en una guerra interna en cualquier momento.
Construirlos no se hace más fácil con el tiempo; al contrario, a veces se puede volver más complejo. Llegará el momento en que, cuando lo conozcas bien, sabrás si las acciones que realiza son propias de él/ella… o si son ideas tuyas que no encajan con su esencia.
Estos son solo algunos puntos que debes considerar a la hora de crear personajes. Sé que debe haber muchos más, e igual de importantes, pero también es bueno que la misma escritura te dé rienda para seguir construyéndolos.
Evita personajes sin propósito. Un personaje no se define solo por lo que hace, sino por qué lo hace.
Las relaciones y situaciones sacarán lo mejor o lo peor de él. Debe evolucionar, para bien o para mal.
Construir personajes no es simplemente inventar nombres o trazar historias.
Es un acto de empatía: ver el mundo desde otra mirada.
Un buen personaje no se define solo por lo que representa, sino por lo que provoca en quien lo observa o lo lee.
Debes ver como él, y sentir como él.
Cualquiera que lea sus primeros escritos se encontrará con la sorpresa de que sus protagonistas tomaron decisiones que no encajaban con su personalidad ni con la trama.
A mí me sucedió más de una vez, ¡pero aún los recuerdo con cariño!
Esos errores también forman parte de aprender a escuchar a nuestros personajes.
Espero que estas palabras te ayuden.
Escribir sobre ellos es la manera más acertada de conocerlos… y de avanzar en tus sueños y proyectos.
Nos vemos en una nueva ocasión. 😊
Jeniffer, Diseñadora e ilustradora.